Imagina un despertar de lujo, rodeado de un paisaje natural, con el aire fresco de la mañana. Te diriges al comedor, un espacio acogedor con detalles que transmiten calidez y elegancia. La luz suave de la mañana entra por grandes ventanales, y el ambiente es tranquilo, casi mágico.

En la mesa de desayuno, todo está dispuesto con esmero. Los huevos frescos, te esperan para ser cocinados a tu gusto: revueltos, a la copa, fritos o en omelette con un toque de hierbas frescas. Junto a ellos, una selección de bollería recién horneada, con croissants dorados, panes de chocolate y napolitanas que desprenden un aroma irresistible.

La fruta fresca, cortada en delicadas piezas: melón, piña, fresas, uvas, y quizá algunas frutas autóctonas de la región, todo de la mejor calidad y lleno de sabor. Zumo recién exprimido de naranja y opciones variadas como la piña o el melocotón.

Sobre una mesa de madera, un surtido de embutidos tradicionales te invita a probar lo mejor de la charcutería local: jamón york, chorizo ibérico, longaniza, variedades locales catalanas... al lado, una selección de quesos curados, cremosos y suaves, provenientes de los alrededores, junto con un tierno yogurt casero que parece recién preparado.

Los panes, recién horneados y con una textura crujiente por fuera y tierna por dentro, se acompañan con mermeladas de frutas, miel natural y mantequilla fresca. El café, servido en tazas de porcelana y para quienes prefieren las infusiones, una delicada selección de tés de calidad se ofrece junto a hierbas aromáticas.